22 de mayo de 2010

Imagen de aliento



Esta foto me conmueve y es por esa razón que escribo a partir de su imagen.
Cuando hablamos de tercera edad, pensamos en gente con el físico bastante maltratado o por lo menos con mucho desgaste. No es el caso de mis padres, pero forman parte de este segmento desde hace algunos años.
Llegar a la vejez dadas las circunstancias de algunos y la dificultad que enfrentan en general para desenvolverse por si mismos, es definitivamente algo en lo que es mejor pensar de manera temprana, para estar presente de alguna forma cuando lo necesiten. Lo digo pensando en quienes podemos velar por su bienestar y anticipar una manera de prevenir un desastre, por motivo de desacuerdos o rencores no olvidados.
Las circunstancias en que se vive considero que son determinantes, son muchos los ancianos y discapacitados, por mencionar a los mas necesitados, que en países mas organizados, cuentan con la posibilidad de resolverse por si solos.
Es admirable cuando personas tan mayores logran sorprendernos con su energía y disposición para realizar cualquier actividad que se les presente. Sin embargo no son solo los síntomas físicos los que los debilitan, otras veces son los complejos, los modelos aprendidos y fijados en la memoria, la soledad inevitable cuando los demás se han ido.
Esta señora me confronta con una manera inteligente de llevar la vida; la piel de sus brazos nos habla de algunas características de la edad y su manifiesto en la piel. Pero el verla en una piscina olímpica y en posición de nadador en descanso, deja mucho que decir, imagino que debe ser una rutina por lo menos de dos veces por semana, si no mas y pensar en los beneficios de la actividad, es de alguna manera una imagen positiva incluso interesante.
Si llegar a viejo aun cuando implique el desgaste y el padecimiento de los conocidos achaques, se ve compensado con una energía vitalizante como para continuar buscando el placer con lo que se hace, bienvenido sea, sigamos adelante.

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